A través de nuestro trabajo altruista, tomamos consciencia de que, a pesar de ser derechos universales, muchas necesidades básicas no están garantizadas para todas las personas en México.
Frente a estas desigualdades, en Fundación Pablo Landsmanas decidimos enfocar nuestra atención en causas en las que pudiéramos contribuir de manera eficiente. Así, estructuramos nuestros tres ejes de acción:
A través de nuestro trabajo altruista, tomamos consciencia de que, a pesar de ser derechos universales, muchas necesidades básicas no están garantizadas para todas las personas en México.
De manera directa o en alianza con asociaciones civiles, a través de nuestras iniciativas de apoyo a la salud comunitaria, brindamos acceso a tratamientos médicos a personas que viven con cáncer, labio y paladar hendido, discapacidad motriz, enfermedades terminales, entre otros padecimientos. En algunos casos, también ofrecemos apoyo alimentario a sus familiares.
Mediante nuestro programa de reinserción social y nuestras iniciativas de donación de dispositivos electrónicos para educación —así como otros recursos— facilitamos procesos de enseñanza y capacitación dirigidos a diversos sectores de la población.
En Fundación Pablo Landsmanas creemos en las segundas oportunidades. Fieles a nuestro espíritu de inclusión y comprometidos con ayudar sin etiquetas ni prejuicios, damos continuidad y fortalecemos la iniciativa que, en línea con su compromiso social empresarial, La Cosmopolitana puso en marcha en 2013: nuestro Programa de Reinserción Social.
A través de este programa, Personas Privadas de la Libertad (PPL) recluidas en centros penitenciarios estatales —donde nuestra empresa matriz brinda el servicio de preparación de alimentos— reciben capacitación para desempeñar actividades productivas en cocinas y comedores institucionales. Algunas de ellas son:
La formación laboral no es el único apoyo a PPL, sino que también se ven beneficiadas con:
En conjunto, las acciones de nuestro programa, del que han formado parte más de 3 mil 800 PPL, aumentan sus oportunidades para la reintegración social, un derecho que les debe ser garantizado durante y después de su periodo de reclusión.
Con ello, contribuimos a que estas personas se sientan útiles para ellos mismos, sus familias y su comunidad; mejorar su situación a través de la educación; y generar desarrollo y crecimiento social.